Oaxaca de Juárez, 13 de marzo.
MILENIO
CARLOS MARÍN
EL ASALTO A LA RAZÓN
El chisme
que soltó el presidente municipal de Buenavista, Michoacán, decía que
unos 200 vecinos del poblado La Ruana "retuvieron", desde la noche del
lunes y hasta la tarde de ayer, a medio centenar... ¡de soldados!
Sin una
mínima averiguación, la versión se la tragó el procurador de Justicia
del estado quien, pese a confesar no saber "exactamente cuánto" (duró la
supuesta y temeraria retención), afirmó: "Pero fueron horas". Y trató
de zafarse: "No fue gran cosa. Ya se solucionó...".
El cuento
original fue aderezado por periodistas endebles, pero imaginativos (que
lo mismo le añadieron "captura de camionetas" que "detención de un
convoy")... y le llegó al procurador general de la República, quien
sugirió al secretario de Gobierno de Michoacán dar cuenta de lo que en
realidad sucedió:
Como
puede constatarse en YouTube, vecinos y familiares de los 51
autodefensas recientemente detenidos hicieron una protesta ante la tropa
(en todo momento debidamente equipada) de la Base de Operaciones que,
por cierto, sigue hoy operando en La Ruana del municipio que gobierna un
priista boquiflojo.
CIRO GÓMEZ LEYVA
LA HISTORIA EN BREVE
Esperaba
encontrar a una mujer extrovertida. Dura. Pero Yoani, al menos la Yoani
con quien conversé por una hora ayer, se presentó suave. Diría que
dulce.
Yoani
Sánchez, la célebre bloguera de 37 años que con sus computadoras
destartaladas ha retado dentro de La Habana desde hace media década a la
dictadura de los hermanos Castro, y que ahora con pasaporte recibe en
México los abrazos que merecía (a partir del jueves lo hará en Estados
Unidos, Europa, Perú y Argentina), por más que un puñado de perfectos
idiotas latinoamericanos la persigan para gritarle ¡no eres cubana, eres
mercenaria!
Fascinante
la narración de cómo arma su blog, Generación Y, que le ha dado tanto
reconocimiento internacional. No tiene internet en su departamento del
décimo piso de una vieja torre. Escribe y arma las notas, va a un hotel
con wi-fi, vence la hostilidad de los empleados, se conecta a una tarifa
que llega a ser de 12 dólares la hora (cantidad prohibitiva en Cuba) y
pone a volar sus reflexiones, crónicas, testimonios, videos, que otros
fuera de la isla retransmiten en inglés, portugués, sueco, búlgaro...
Le dije
que con esta gira comprenderá que puede vivir en el país que quiera como
una celebridad, con un buen ingreso, admiración y apasionantes
proyectos por delante. Sin amargura, respondió que no dejaría por ningún
motivo Cuba, y que su sueño es que sus nietos (su hijo de 18 años cursa
el servicio militar) vivan en una sociedad libre.
Inobjetable,
admirable. Voy a ver si existe un pin con un corazón rojo y su nombre
para ponérmelo en la solapa: Un pin de "Te amo, Yoani".
No hay comentarios:
Publicar un comentario