lunes, 8 de abril de 2013

Artículos y columnas políticas (08:36 h)

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altOaxaca de Juárez, 13 de marzo.

MILENIO
CARLOS MARÍN
EL ASALTO A LA RAZÓN

El chisme que soltó el presidente municipal de Buenavista, Michoacán, decía que unos 200 vecinos del poblado La Ruana "retuvieron", desde la noche del lunes y hasta la tarde de ayer, a medio centenar... ¡de soldados!
Sin una mínima averiguación, la versión se la tragó el procurador de Justicia del estado quien, pese a confesar no saber "exactamente cuánto" (duró la supuesta y temeraria retención), afirmó: "Pero fueron horas". Y trató de zafarse: "No fue gran cosa. Ya se solucionó...".
El cuento original fue aderezado por periodistas endebles, pero imaginativos (que lo mismo le añadieron "captura de camionetas" que "detención de un convoy")... y le llegó al procurador general de la República, quien sugirió al secretario de Gobierno de Michoacán dar cuenta de lo que en realidad sucedió:
Como puede constatarse en YouTube, vecinos y familiares de los 51 autodefensas recientemente detenidos hicieron una protesta ante la tropa (en todo momento debidamente equipada) de la Base de Operaciones que, por cierto, sigue hoy operando en La Ruana del municipio que gobierna un priista boquiflojo.

CIRO GÓMEZ LEYVA
LA HISTORIA EN BREVE

Esperaba encontrar a una mujer extrovertida. Dura. Pero Yoani, al menos la Yoani con quien conversé por una hora ayer, se presentó suave. Diría que dulce.
Yoani Sánchez, la célebre bloguera de 37 años que con sus computadoras destartaladas ha retado dentro de La Habana desde hace media década a la dictadura de los hermanos Castro, y que ahora con pasaporte recibe en México los abrazos que merecía (a partir del jueves lo hará en Estados Unidos, Europa, Perú y Argentina), por más que un puñado de perfectos idiotas latinoamericanos la persigan para gritarle ¡no eres cubana, eres mercenaria!
Fascinante la narración de cómo arma su blog, Generación Y, que le ha dado tanto reconocimiento internacional. No tiene internet en su departamento del décimo piso de una vieja torre. Escribe y arma las notas, va a un hotel con wi-fi, vence la hostilidad de los empleados, se conecta a una tarifa que llega a ser de 12 dólares la hora (cantidad prohibitiva en Cuba) y pone a volar sus reflexiones, crónicas, testimonios, videos, que otros fuera de la isla retransmiten en inglés, portugués, sueco, búlgaro...
Le dije que con esta gira comprenderá que puede vivir en el país que quiera como una celebridad, con un buen ingreso, admiración y apasionantes proyectos por delante. Sin amargura, respondió que no dejaría por ningún motivo Cuba, y que su sueño es que sus nietos (su hijo de 18 años cursa el servicio militar) vivan en una sociedad libre.
Inobjetable, admirable. Voy a ver si existe un pin con un corazón rojo y su nombre para ponérmelo en la solapa: Un pin de "Te amo, Yoani".

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